APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN 1, 6

jueves, 30 de agosto de 2012
     30.    Aproximándose el tiempo de la profesión el Dr. D. Miguel de Pascual Heranz, Vicario General interino en Alcalá, exploró el 15 de Abril de 1827 la voluntad de Sor María Cándida de San Agustín y halló que, sin coacción de nadie, espontánea y libremente estaba dispuesta a profesar, y que siendo de complexión sana y robusta, sin ninguna enfermedad, y habiendo probado las asperezas de la vida religiosa, se creía con fuerzas bastantes para cumplir con las obligaciones del estado religioso según la regla de San Agustín y las Constituciones del Monasterio en que vivía como novicia, autorizándola en el mismo acto para que pudiese hacer testamento y renuncia de sus legítimas paterna y materna y de cuantos derechos y acciones le pertenecían entonces y le pudieran en lo sucesivo pertenecer. Terminado el año de noviciado, profesó solemnemente el 18 de Mayo de 1827, siendo Priora del Convento la Madre Sor Escolástica de la Santísima Trinidad, que, elegida para dicho oficio el 15 de Agosto de 1826, continuó desempeñándolo hasta 1846.

     31.    Desempeñó en seguida Sor María Cándida de San Agustín varios cargos menores en la Comunidad, siendo elegida, aun siendo novicia, ropera de lana para cuando profesase. Para el trienio que comenzó en 15 de Septiembre de 1829 fué nombrada panadera y como auxiliar de otras, sacristana, ropera de lienzo y refitolera, como consta del Libro de Elecciones de la misma Comunidad.

Estampa que mandó hacer la Madre Cándida
     32.    Fué especialmente devota de San Diego de Alcalá, cuya devoción tuvo en ella origen del modo siguiente. Pasaba un día la Madre Sor María Cándida de San Agustín por el claustro, y viendo un cuadro de San Diego, que no estaba muy bien pintado, preguntó: "-¿Qué Santo es ese?", y la contestaron: "-San Diego", replicando ella: "-¡Qué feo es!". Por la noche, estando ella descuidada, se le apareció este Santo, y preguntándole: "-¿Tú, quién eres?", contestó: "Soy San Diego, que, aunque feo, vengo a verte." Desde entonces quedaron muy amigos y era su protector especial, recibiendo de él para sí y para otras personas muchos favores.

     33.    Entre estos fué muy especial la curación milagrosa que este Santo obró en ella a la media noche del 11 de Noviembre de 1828. Después de dos meses de gravísimos padecimientos a causa de muy graves y complicadas enfermedades mortales, se hallaba Sor María Cándida completamente desahuciada de los médicos y recibidos devotamente los Santos Sacramentos, a punto de expirar. A las seis de la tarde quedó con la cabeza en medio de la cama y con las rodillas tocando casi con la barba, hecha un ovillo y sin poderse mover; en esta postura quedó en éxtasis  hasta las nueve de la noche, y de él volvió riendo, con los ojos hermosísimos, y diciendo: "-Han estado aquí San Diego, el beato Julián de San Agustín y Santa Teresa, y el primero me ha dicho que no me ponga las bayetas, ni las aguas emolientes, porque no las necesito." Con el confesor que tenía entonces, el Trinitario P. Lorenzo, estuvo hasta las once y media, y luego un cuarto de hora con la Madre Maestra, con la cual empezó a hablar. A Sor Dolores de Jesús, que durmiendo en la misma celda, decía: "-Calla, que no me dejas dormir", contestó: "-Voy a ir mañana al coro, voy a ayunar y a comer de viernes." Después dijo a la Maestra: "-Hay aquí un fraile, que es San Diego"; y la Maestra le ordenó: "-Reza una Salve a la Virgen y el Magnificat." Concluido este cántico, que rezó alternando con San Diego, éste, cuya reliquia le habían aplicado y ella había venerado le puso la mano en el pecho y le dijo: "-Levántate y anda", y ella, con gran velocidad, se levantó en el acto y quedó completamente sana; hecho ruidoso, de cuya verdad,a instancia del Vicario General de Alcalá, certificó al día siguiente el médico del convento, D. Mariano del Gras, profesor de Medicina en dicha ciudad. 

  Sor María Cándida es curada por San Diego de Alcalá

       34.    Era tal después de este suceso la sabiduría de Sor María Cándida de San Agustín, que pasmaba a los mayores teólogos, los cuales decían que no era ella la que hablaba, sino Dios en ella. Todos buscaban su consejo, y ella le daba con gran caridad a toda clase de personas.


Imagen de San Diego perteneciente a la fundación
    

APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN 1, 5

viernes, 24 de agosto de 2012
     24.    Siendo la joven María Cándida de familia rica, hermosa en lo físico y de excelentes cualidades morales, gozando ya de fama de gran virtud, tuvo muchos pretendientes que deseaban casarse con ella; pero nunca dió oídos a semejantes pretensiones, deseando únicamente ser fiel esposa de Jesucristo.

     25.    Anhelo constante de María Cándida era el de hacerse religiosa y consagrarse para siempre por medio de los votos al servicio de Nuestro Señor Jesucristo; pero encontró graves obstáculos que venció heroicamente. Su padre a la fuerza quería casarla con alguno de los muchos pretendientes que se presentaban, procurando con malos tratamientos obligarla a seguir su voluntad; pero ella, firme es su vocación, decía: "-Monja he de ser, y monja he de ser, y no me caso." Llegó su padre hasta el extremo de pretender casarla por sorpresa: estando ya todo dispuesto hizo venir al señor cura y, haciéndola entrar en la habitación, en que todos estaban, la dijo que tenía que casarse con un caballero allí presente, a lo que ella con grande energía, delante de todos, contestó: "-Yo no me caso con nadie más que con Jesucristo", dejando a todos admirados de su resolución.

     26.    Firme en su buen propósito, seguía María Cándida pidiendo con instancia al Señor que le ayudase a realizarlo, y con tal fervor hacía un día su oración sobre esto, que oyéndola su padre cambió de modo de pensar y cuando salió de la oración, le dijo: "-Dispón de cuanto te haga falta para irte monja"; noticia que causó a María Cándida grandísima alegría.

 María Cándida recibe el permiso paterno para irse monja.

     27.    Obtenido el consentimiento paterno, dió María Cándida los pasos necesarios  para entrar de religiosa en el convento de Agustinas Magdalenas de Alcalá de Henares; pero cuando ya estaba admitida y a punto de entrar en el convento, he ahí que muere su madrastra Doña Josefa Langa, después de solos nueve meses de matrimonio, y se ve obligada, por consideración a su padre, viudo, que sentía mucho la separación de su hija, diferir la entrada por espacio de algunos meses. Finalmente, después de tres años de dilación que había tenido que soportar por razón de la edad que exigía la Constitución española mientras estuvo vigente, y de otros tres por la oposición de su padre, logró realizar sus deseos.                                     

     28.    En el "Libro de las Señoras Religiosas que fallecen"  del convento de Agustinas Magdalenas de Alcalá de Henares se lee: "Tomó el Abito para Monja de coro y velo negro Cándida Córdova, natural de Valdepeñas, Arzobispado de Toledo, de edad de veintidós años, en el día 15 de Mayo de 1826; se puso de San Agustín en la Religión". Dió la licencia para que María Cándida recibiese el hábito el Dr. D. Domingo del Río y Murga en Toledo el 23 de Abril de 1826, con la obligación de dar 6.000 reales de dote y 2.000 para su vestuario y gastos de noviciado, y era cuando recibió dicho hábito Superiora de la Comunidad con el título de Presidenta la Madre Sor Vicenta de las Mercedes.

     29.    De los diversos nombres recibidos en el bautismo, a los de María Cándida, quiso añadir al hacerse religiosa, como aparece en el artículo precedente, el de San Agustín, por la especial devoción que tenía a este Santo; de modo que en la religión se llamó Sor María Cándida de San Agustín, y así se firmaba en sus cartas, como se puede ver en las que aún se conservan. En el siglo, como consta de su declaración en el acto de exploración de su libre voluntad para ser religiosa, se llamaba de hecho Cándida Rosa Rosalía; pero en el convento de Alcalá era denominada comúnmente con el nombre de la Madre San Agustín y en el de Toledo con el de Madre Cándida.

APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTIN 1, 4

martes, 21 de agosto de 2012

Un perro la deshizo totalmente el vestido sin tocarla a ella

      18.    Era opuesta María Cándida a las galas y adornos con extremo. Un día, siendo ya mocita, se empeñaron sus padres en vestirla con elegancia, contra toda su voluntad; pero, apenas salió a la calle, sin saber por dónde, se la acercó un perro y se lo deshizo todo, sin hacerla a ella el menor daño, confirmando así el Señor lo agradable que le era singular modestia de la joven María Cándida.

     19.    Se vió muy joven privada de su madre, cuya futura muerte manifestó el Señor de una manera misteriosa. Estando su madre enferma  se puso María Cándida a hacer oración vestida de blanco, como de costumbre, y de repente se le volvieron los vestidos negros, quedando toda enlutada. Asustada con esto, se fué a contárselo a la madre, la cual exclamó: "-¡Ay, hija mía, eso es que me muero!" Y así sucedió, porque a los pocos días, asistida por su misma hija, murió santamente el 13 de Abril de 1820. Tenía entonces María Cándida poco más de diez y seis años y quedó al cargo de la casa y de una hermanita, respecto de la cual hizo las veces de madre. Luego supo que su madre gozaba de Dios.

  20.    Por este tiempo hacía ya María Cándida mucha oración y penitencia. Usaba tales cilicios, que la cogían todo el cuerpo; las disciplinas eran rigurosas y cada día inventaba nuevos instrumentos para mortificarse. Es fama que cuando la lavandera de la casa preguntaba el porqué de ciertas manchas de sangre que notaba en su ropa blanca, ella, disimulando, contestaba: "-Será de las chinches".

¡Serán de las chinches!


     21.    Solía orar delante de una imagen de Jesucristo crucificado, y concluida la oración se subía a besar el crucifijo; entonces el Señor le hacía el favor de echarla el brazo al cuello y abrazarla, haciéndole sentir al mismo tiempo los efectos de su amor y la caridad con que había derramado su sangre y dado su vida por redimir al hombre.


Habitación de María Cándida

22.    Se ejercitaba también en las demás virtudes cristianas, especialmente en la humildad, paciencia y caridad. Era tan caritativa, que una vez, no teniendo que dar de limosna, dió un chaleco de su padre, y después en todas las confesiones se acusaba de ello, porque vió que su padre se había disgustado.



      23.    Con el P. Ildefonso Valiente, de Valdepeñas, antes de entrar en la Compañía de Jesús, trataba mucho María Cándida y se comunicaban las cosas del alma. Así aprendió el P. Valiente a hacer una vida tan penitente que parecía sobre las fuerzas humanas, y se decidió a ser Jesuita para trabajar cuanto pudiese por su propia santificación y por la salvación de las almas, poniendo después tal decisión en práctica.
     
 
   

APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE M.CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN I,2

viernes, 17 de agosto de 2012

   4.    Desde su primera infancia se notaron en la niña María Cándida señales claras de santidad. Al hacerla el sacerdote la primera cruz con el agua bautismal sobre la cabeza, dijo tres veces Viva Jesús, y llevaron tal susto los que estaban allí y la tenían en la pila, que por poco la dejan caer al suelo. Poco tiempo después, estando unos hablando de la Virgen delante de ella, dijo: María fué sin pecado concebida, quedándose pasmados y sorprendidos al oirla.
 
 ¡Viva Jesús! grita la niña María Cándida al ser bautizada                 (1)



Salíase de la cuna y se pasaba largos ratos de rodillas en oración.

5.    Siendo muy pequeña, se salía de la cuna y se ponía a hacer oración en el suelo, y lo mismo hacía después que sus padres, temiendo que se hiciese daño, determinaron llevársela consigo a descansar; tan pronto como se descuidaban o se dormían, se bajaba a hacer oración, quedando ellos muy admirados de ver tal cosa en su hija.  




6.    A los tres años ya hacía penitencia, y se escondía en su casa para hacer oración o se iba al campo para estar más libre, y solía decir: "-Yo voy a ser monja, yo voy monja a Toledo y también tengo que venir a Valdepeñas a fundar".  Cosa de que no hicieron caso los que la oyeron hasta que con el tiempo fueron viendo lo que se fué verificando.

      7.    Por este tiempo empezó a manifestársele a la niña María Cándida San Felipe Neri, que fué después su compañero inseparable toda la vida. Él la decía cuanto tenía que hacer para sí y para sus prójimos, y ella le llamaba su Santo Abogado y el Abuelo.

     8.    De muy niña aprendió a leer sin que nadie la enseñara, pues no quiso aprender como las demás, en cartilla, sino que empezó de corrido y leía mejor que si la hubieran enseñado.

     9.    Deseaba en edad muy tierna comulgar. A los cinco años fué con una sirviente a la iglesia y, estando dando la comunión, se puso en el comulgatorio; el sacerdote, sin conocer que era una niña tan pequeña, la dió la comunión, y comulgó con tal ansia, que ya desde entonces comulgó todos los días.


Se acercó cautelosamente a la Sagrada mesa y recibió la primera Comunión


 (1) Dibujos realizados por Blanco Lon y coloreados posteriormente por los alumnos del Colegio San Agustín. 








APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN I - 3

jueves, 16 de agosto de 2012


La niña María Cándida abriendo el Sagrario para comulgar

     10.   Un día, estando sola en la iglesia de los Trinitarios Descalzos, se subió al altar y estaba abriendo el sagrario cuando llegó el P. Fr. Lorenzo, que fué su confesor muchos años en Valdepeñas y después en Alcalá, y la preguntó: "-¿Qué haces?" Y ella respondió: "-estoy abriendo el sagrario para comulgar, porque hoy no he comulgado." Cosa que hizo mucha gracia al dicho P. Lorenzo.


     11.    Por este tiempo vió un sacerdote entre muchos que conocía, y dijo: "- Ese ha de ser mi director." y así se cumplió, porque fué el primero que tuvo.


     12.    Se confesaba entonces pasando grandes apuros por no saber qué confesar, y su confesión se reducía a preguntar al confesor si amaba mucho a Dios.  Los confesores tenían con ella una santa diversión, mandándosela unos a otros, y decían que aprendían ellos de la niña más que lo que ellos la enseñaban. 

     13.    Fué dotada desde sus primeros años del don de la profecía. A sus dos tías las dijo cuándo se iban a morir. Una de ellas estaba buena y sana por la tarde, y fué la niña a su casa y la dijo: "-Tía, qué hace usted?" Y la tía contestó:  "-¿Quieres merendar?  ¿Adónde vas?"
 "- A decirle a usted que se va a morir dentro de seis horas" -replicó la niña. "-Pero, chica, ¿tienes ganas de fiesta o lo dices de veras?" - dijo la tía muy sorprendida. "-De veras- repuso la niña-, se lo digo a usted para que se prepare, que el Señor se la quiere llevar." Y, en efecto, al instante empezó a hacérsele en la mano un granito y a hinchársele el brazo, de modo que a las seis horas murió, habiéndose preparado bien con los Santos Sacramentos y teniendo una buena muerte. Por estas cosas que decía la amaban y temían todos.


Patio de la casa de María cándida
     14.    También le concedió el Señor especial poder de intercesión en favor de las almas del purgatorio. Falleció uno de sus abuelos y se apareció a la niña María Cándida, la cual lo dijo varias veces a su madre. Repitiendo esto la niña, su madre le dijo que, si volvía a verle, le preguntara qué quería; hízolo la niña, y el abuelo le dijo: "-Hija mía, tienes parte con las ánimas del purgatorio", refiriéndose sin duda al especial poder de intercesión en favor de ellas concedido por el Señor a la niña.

     15.    Estaba una vez ésta ocupada en su oración, cuando siente que la cogen de una pierna y ve una alma que se le presenta. "-Tú, ¿quién eres?" -preguntó la niña.  "-Yo soy Fulano
-contestó el aparecido-, que vengo a que me apliques misas y sufragios, que estoy en el purgatorio." "-¿Y cómo te has salvado, diciendo lo que decías?" -volvió a preguntar la niña, maravillada de que aquel hombre mal hablado, que decía muchos disparates y blasfemias, se hubiese salvado. "-Por mi hermana- respondió-, que no hacía más que llorar y pedir a la Virgen por mí, y cuando me vió que estaba en agonía empezó a decir con todas sus fuerzas: María, Madre de gracia, Madre de misericordia, líbrale del enemigo ahora y en la hora de la muerte, ampárale. Y al decir: Madre de misericordia, la Virgen me alcanzó un dolor tan fuerte de mis pecados, que se me partió el corazón y me he salvado; y ahora necesito sufragios para salir de las penas que padezco en el purgatorio." Causó susto y una novedad muy grande esta visita a la niña y le quedó en la pierna un dolor que le duró muchos años. 

     16.    Era grande el amor de la niña María Cándida a la soledad y al retiro. A la edad de nueve años la llevaron sus padres consigo a un sitio de baños junto a una sierra, y una noche, sin que nadie lo advirtiera,  se marchó con un niño, primo suyo, de dos años, hacia el desierto. Al advertir su falta, fueron en busca de ellos sus padres, y pasando por donde estaban no los vieron. Al día siguiente encontraron los niños un pastorcito con una vaca, y la niña le preguntó: "-Di, ¿amas mucho a Dios?" Y él la contestó:  "Sí, ¿y tú?"  "-Yo, muchísimo" - respondió la niña. Entonces el pastorcito les dió leche de la vaca y se marchó. Con ella se sustentaron hasta que, sin saber quién los había llevado ni por donde habían venido, los encontraron en casa, junto a la madre de la niña. Decía ésta que cuando buscándolos se acercaban sus padres donde estaban, que era debajo de un árbol, los habían subido de pronto al árbol y luego que pasaron los bajaron y continuaron su camino.



Hasta las fieras se le rendían mansamente


     17.    A la voluntad de la niña se rendían dócilmente los más fieros animales. Se escapó en cierta ocasión un toro bravo por el pueblo, con la alarma consiguiente de la población, y corriendo se fué hacia el campo. Desistían ya de poderle coger, cuando se presentó la niña María Cándida delante de los que le perseguían, y el toro, al verla, se paró y bajó la cabeza delante de ella; entonces ella le acarició, montó sobre él y entró en la plaza del pueblo, donde , bajándose la niña, se dejó atar el toro como un corderito.
  



APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN

domingo, 5 de agosto de 2012

           Reproducción  exacta de los Apuntes sobre la Sierva de Dios Sor María Cándida de San Agustín, recopilados y publicados por el P. Eustasio Esteban O.S.A. 

                              

LA  SIERVA  DE  DIOS

SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN

                                    
RELIGIOSA AGUSTINA
FUNDADORA  DEL CONVENTO DE AGUSTINAS DE VALDEPEÑAS
                
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BREVES    APUNTES
SOBRE SU VIDA Y VIRTUDES, DONES SOBRENATULARES 
Y FAMA DE SANTIDAD Y DE MILAGROS

POR  EL 

P.  EUSTASIO  ESTEBAN

POSTULADOR DE LAS CAUSAS DE BEATIFICACIÓN Y CANONIZACIÓN
DE  LOS  SIERVOS  DE  DIOS
DE  LA  ORDEN  DE  SAN  AGUSTÍN





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CON LAS LICENCIAS NECESARIAS

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MADRID 1918
                                        







 ADVERTENCIA


     Los siguientes Apuntes no son otra cosa que las Posiciones y Artículos que la Postulación General Agustiniana presentará en el Proceso informativo sobre la vida, virtudes y milagros de la Sierva de Dios Sor María Cándida de San Agustín para la declaración de los testigos que fueron llamados a declarar en esta Causa. Al redactarlos con este fin en brevísimo tiempo, por la urgencia de recoger cuanto antes las declaraciones de los pocos testigos de vista aún existentes, nos hemos servido de los Apuntes que acerca de la vida de esta Madre dejó D. Manuel Raposo, de la Declaración que acerca de la misma hizo la Madre Dolores de Jesús, de las noticias añadidas a dichos escritos por D. Anastasio Sotés, que no hace muchos años entregó el manuscrito que contiene todo esto al muy reverendo Padre Provincial de Agustinos de la Provincia Matritense, y de las cartas hasta ahora conocidas de esta Sierva de Dios, utilizando además otros datos reunidos por el Padre agustino  Benigno Fernández, del Real Monasterio de El Escorial.
     Hecha después rapidísima excursión a Valdepeñas, donde nació y se conservan los restos de esta Sierva de Dios; a Alcalá de Henares, donde en el convento de Agustinas Magdalenas entró en religión; a Toledo, donde en el convento de Agustinas de Nuestra Señora de la Concepción, vulgo Gaitanas, habitó en sus últimos años y murió en opinión de santidad, y a Villa del Prado, provincia de Madrid, donde como en muchos otros pueblos, prodigó la Madre Cándida muchos favores a sus devotos; y oídas varias personas bien informadas, hemos aumentado, rectificado y ordenado mejor nuestros Apuntes, cuidando de un modo especial  de hacer resaltar en ellos las virtudes en grado heroico de esta religiosa y la fama de su santidad y milagros.

     Erraría,  por consiguiente, en gran manera quien creyese que estos Apuntes constituyen una verdadera vida de esta Sierva de Dios. Contienen, sí, hechos muy importantes que dan alguna idea de ella y que, por estar fundados en documentos y declaraciones dignos de todo crédito y no haber en ellos nada que no responda escrupulosamente a la verdad más rigurosa, podrán, aunque presentados concisamente, sin pretensiones literarias, ni comentarios de ningún género, servir con el tiempo a quien, con aptitudes para ello, después de más prolijas y detenidas investigaciones y de los delicados estudios de diversa índole que la rica, edificante y maravillosa vida de esta heroína requiere, se dedique con verdadero amor a escribirla.

     A facilitar la preparación de este trabajo, como también al mejor éxito de la Causa de beatificación de esta Sierva de Dios, podrá contribuir no poco la publicación de estos Apuntes, hecha a instancias de muchas personas devotas de dicha Madre; porque dará motivo para que salgan a la luz varias de sus cartas, la vida escrita por ella misma y tantos recuerdos como de ella conservarán muchas personas esparcidas por distintas poblaciones de España y aun del Extranjero, especialmente en las provincias de Toledo, Madrid, Ciudad Real, las cuales, sin una publicación de esta índole, no sabrían facilmente a quién dirigirse para comunicar las preciosas noticias que tengan acerca de su vida y escritos o de los favores que de Dios Nuestro Señor hayan recibido por la intercesión eficaz de esta su amante y fidelÍsima Sierva, y quedarían, quizá para siempre, sepultadas en el olvido.

     Con este librito quedan, pues, informadas las personas devotas de la Sierva de Dios, Sor María Cándida de San Agustín, que se trata de su beatificación, y que cuantas noticias tengan de su vida y milagros y de los testigos que puedan declararlas, aunque no sea más que de oídas, conviene que las comuniquen, para gloria de Dios en esta su Sierva, al Postulador de la Causa, residente en Madrid, calle de Columela, núm. 1

         (En la actualidad, el centro de recopilación de datos y recogida de testimonios y comunicación de favores recibidos por la intercesión de la Sierva de Dios,  se encuentra en Plaza del Convento, nº 1, Valdepeñas, Ciudad Real)

PROTESTA

En obedecimiento a las disposiciones de nuestra santa
Madre la Iglesia Católica, declaramos que en la narración de 
hechos milagrosos de diversa índole, relacionados con la Sier-
va de Dios Sor María Cándida de San Agustín, y en el califica-
tivo de santa que se la da en muchos números de estos Apun-
tes, no pretendemos prevenir en nada el juicio inapelable de
la Santa Sede, ni que se dé a esas narraciones y calificativos
mayor crédito ni fe de los que humanamente les corresponda.




                                                                        I

       NACIMIENTO.- INFANCIA.- JUVENTUD.- VOCACIÓN.- VIDA RELIGIOSA DE LA SIERVA DE DIOS SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN EN ALCALÁ DE HENARES.

     1.   De Juan Félix Córdova y Abarca y de su legítima esposa, Telesfora Pozuelo y García, naturales y vecinos de Valdepeñas, provincia de Ciudad Real, en España, nació en dicha villa de Valdepeñas, el 15 de Febrero de 1804, una niña, a quien en el bautismo pusieron los nombres de Cándida, Gregoria, Faustina y María de los Dolores. Fueron sus abuelos paternos D. Francisco de Córdova y Doña Rafaela de Abarca y los maternos D. Patricio Pozuelo Cañizares y Doña Canuta García Laguna.

     2.  Fué bautizada la niña Cándida en la parroquia de la Asunción, única entonces en la villa, por el cura teniente D. Juan Cristóbal Jiménez el 17 de Febrero de 1804 y la apadrinaron sus tíos D. Camilo Pozuelo y García y Doña Gregoria Martín Romero.

    3.   Sus padres, que eran de familia distinguida y de posición social desahogada, habitaban la casa número 6 de la calle de Córdova, llamada así por el apellido de la familia, y tuvieron además otros hijos, llamados Rafael el mayor y Dolores la menor, a los cuales cuidaron de educar cristianamente, cosa que hicieron con particular esmero respecto de la niña María Cándida, en la cual desde el bautismo empezaron a ver cosas muy extraordinarias.


FACHADA DE LA CASA DE MADRE CÁNDIDA