Valdepeñas, una ciudad que tiene a gala ser calificada como "Muy Heroica" por el gran valor y arrojo de sus gentes demostrado en numerosas ocasiones; pero de forma muy especial, en los acontecimientos históricos del 6 de junio del 1808, gracias a los cuales, la historia de España y también de Europa, cuenta entre sus glorias, la victoria sobre los franceses en la batalla de Bailén, propiciada por la resistencia de los valdepeñeros, hombres y mujeres, en su paso por Valdepeñas.
Pero escudriñando su carácter y forma de ser, descubrimos otro rasgo más importante y decisivo y del que manan todos los demás: su gran amor y devoción a su Bendita Patrona, la Virgen de Consolación. Como reza su antiguo himno: "...tus hijos valdepeñeros, donde quiera que estén, llegado este día, todos están a tus pies".
Propiciada por esta gran devoción, fue solicitado a la Santa Sede, el reconocimiento y Coronación Canónica Pontificia de la Bendita Imagen, pues como todo buen hijo, desean para su Madre el mayor reconocimiento que se le pueda otorgar.
Por este motivo, durante dos intensos años, se han venido organizando numerosos actos para la preparación de este evento. Todo debía estar a punto: el templo parroquial luciendo sus mejores galas tras importantes reformas y restauración; y lo más importante de todo, el templo espiritual que es el corazón de cada uno de sus hijos, por medio de conferencias, Quinarios y vigilias de oración con la participación de todas las Parroquias del pueblo; jóvenes, enfermos, familias y niños, todos han podido expresarla su amor y poner a sus pies sus inquietudes e ilusiones. Con amor y generosidad, fueron entretejiendo la bellísima corona que ceñirán sus sienes, en la que se funden el diamante más costoso y la alianza y pendiente más humilde.
El día 1 de junio, por la tarde, en la Plaza de España de la ciudad, en una Eucaristía presidida por el obispo D. Gerardo Melgar y acompañado por el clero del pueblo y los valdepeñeros que ejercen su ministerio en otras localidades, se llevó a cabo la Coronación Canónica Pontificia. Después de la celebración de la Eucaristía, tuvo la Gran Procesión Triunfal de la Coronación, que recorrió las principales calles de la ciudad, contando con la representación de más de 40 hermandades de toda España.
A su paso por delante de la glorieta del Convento, aguardaba un inesperado pero Insigne Devoto y Admirador: el Santísimo Niño Jesús del Consuelo, pues también Él quiere felicitar a su Madre. Es la primera vez que se produce este encuentro, y es por primera vez que el Stmo. Niño sale pública y triunfalmente a la calle. Está bien claro y justificado: ¡Es Ella, su Bendita Madre, quien le ha sacado a la calle! Madre e Hijo, estaban radiantes y gozosos, no hubiera estado la fiesta completa de no haberse producido este momento tan dichoso.
Y no es por casualidad que Madre e Hijo lleven el mismo nombre. En Valdepeñas, en el nº 6 de la calle Córdoba, nació, vivió y creció María Cándida Córdoba Pozuelo, Madre Cándida de San Agustín, fundadora del Monasterio de San Diego, en el que se guarda y venera la bendita Imagen del Niño Jesús del Consuelo. Desde el primer momento en que se conocieron, Madre Cándida, previendo los consuelos que a través de dicha Imagen, la llegarían a ella y a cuantos la invoquen, y en recuerdo de su Santa Patrona, le impuso el nombre de Niño Jesús del Consuelo.
Es un encuentro dichoso e histórico, y estamos seguros y deseos de que el cauce, una vez abierto, sea un paso fluido, en el que todos podamos ver y sentir extendida la diminuta y Bendita Mano bendiciendo a los valdepeñeros, al igual que hace su Bendita Madre.
¡¡¡SANTÍSIMO NIÑO JESÚS DEL CONSUELO Y VIRGEN DE CONSOLACIÓN, PROTEGED A VUESTRO PUEBLO, DADNOS VUESTRA BENDICIÓN!!!
