Romance dedicado a Madre Cándida

Hay en Castilla, en la Mancha,

en una Villa que es centro

de riqueza por sus vinos

un espacioso Convento

de monjas muy regidas

por la regla y el modelo

que diera al mundo Cristiano

del grande Agustín el genio.

Esta dichosa mansión

de la Paz y de silencio,

(hará treinta y cuatro años,

poco más, o poco menos),

que con suspiros y lágrimas,

con fatigas y desvelos

fundola una pobre monja,

hija amante de este pueblo,

doña Cándida de Cordova

en el siglo la dijeron;

de San Agustín Sor Cándida

llamose el claustro luego

Cándida, cual la azucena

fue siempre en palabras y hechos;

y humilde, cual la violeta

que alzase apenas del suelo.

Por sus probadas virtudes

fue de Jesús embeleso

admiración de doctos,

pasmole Alcala y Toledo.

Murió en opinión de Santa;

su espíritu voló al cielo,

y su cadáver reposa

aquí en su amado convento.

 Romance del 4 de Octubre de 1.884 de D. Antonio José Vasco y Santa María