SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN "LA PERLA DE VALDEPEÑAS" 4 - 2

jueves, 8 de mayo de 2014
___________________________________________________________________________________________ 


Núm. 4.                                                       ABRIL                                                         1931. ________________________________________________________________________________               
           Espigando en la vida de la Madre Cándida

                            (Del periódico "La Perla de Valdepeñas" publicado entre los años 1931-1935)

    

Nuestro grabado.- ¿Ves, lector querido, ese pollito cariacontecido y ruboroso, que parece una mosquita muerta que jamás ha roto un plato? Algo grave debe haberle sucedido cuando ante las palabras de la monja que está detrás de la reja, que no es otra que la Madre Cándida y los reproches de su mamá, se le cubre la cara de vergüenza, baja los ojos y enmudece. Dieciséis años tiene el mocito.  En casa no vive más que él con su mamá y una criada. A aquella iban desapareciéndole joyas de valor, que la buena señora, al quitárselas, dejaba confiadamente en cualquier parte. ¿Quién las hurtaba? O el hijo o la criada; no había otra posibilidad; pero cómo sospechar del señorito? Todas las sospechas de la buena señora recaían sobre la criada; pero no llegaba a cogerla infraganti como hubiera querido. ¿Qué hacer en tal caso? La fama de la Madre Cándida llenaba la comarca: era un alma iluminada por Dios y conocía de un modo sobrenatural muchas cosas. Doña X se decidió a escribir a la venerada religiosa exponiéndole su caso; la contestación de la Madre Cándida no se hizo esperar: "Señora, venga Ud. a visitarme con su hijo, y le diré dónde están las sortijas". Y allá se fué. Después de los saludos de costumbre la Madre Cándida se dirigió al muchacho: "Vamos, hijo, dime la verdad, ¿dónde tienes las sortijas de tu madre? -La respuesta fué ponerse rojo como la grana y negara más y mejor.- "Vamos, hijo mío, no lo niegues, continuó la Madre Cándida; si yo lo sé todo. Mira, tú las has cogido, tal día una y tal día otra, y las has llevado a tal parte, y las has vendido para malgastar el dinero, y allí están". El pobre chico rompió a llorar y no tuvo otro remedio que confesar delante de su madre que así era, con lo cual quedó descubierto el secreto y en su punto la honra de la criada.

    Virtudes de la niña Cándida.- Es importante que los lectores de la admirable vida de esta Sierva de Dios sepan distinguir en ella, como en todas las almas de manifestaciones extraordinarias, lo que es la esencia de la santidad, lo que son medios para conseguirla, lo que es fruto de la misma y lo que son simplemente manifestaciones de la misma o ministerio providencial de un alma en beneficio de otras. La santidad consiste en la caridad acompañada de las demás virtudes, ejercitadas ordinariamente en grado heróico. De modo que puede existir una eminente santidad sin ninguna manifestación externa milagrosa. En cambio los milagros, las profecías y otros dones que tanto deslumbran a los menos instruídos, pueden coexistir aún con el pecado, porque son gracias llamadas "gratis datas" que se confieren generalmente para bien de tercera persona. Así vemos al malvado Balán hacer magníficas profecías sobre el pueblo de Dios, y sobre la venida de Jesucristo, y entre ellas la de la aparición de la estrella; Caifás profetizó que era necesario que muriese Jesús para que no pereciéramos todos, y nota el Evangelio que lo hizo movido por el Espíritu Santo. 
    Así pues, si las gracias de milagros y de profecías y otras semejantes van acompañadas de ejercicio ordinario de virtudes heróicas, pueden y deben tomarse como expresión y signos de santidad, que Dios obra para acreditar a sus siervos. Así parece debemos considerarlo en la vida de esta admirable Sierva de Dios; pero siempre hemos de ir examinando, al lado de estas expresiones brillantes de los dones del Señor, las virtudes que acrediten su vida santa.
     La Vida de la Madre Cándida escrita por el Rdmo. P. Eustasio Esteban actual general de la Orden de San Agustín, va encaminada a probar que la Sierva de Dios ejercitó durante su vida en grado heróico las virtudes teologales, cardinales y morales, y sentar así la base para el Proceso Informativo en el que se demuestre esta verdad. Iremos analizando oportunamente dichas virtudes; por hoy baste lo dicho, y que sirva a modo de introducción. Lo más práctico y útil en las vidas de los santos es la imitación de sus virtudes. Estudiemos las de la Madre Cándida e imitémoslas al mismo tiempo que admiramos los dones extraordinarios de su alma.
                                              ________________________

                                                       Acciones  de  gracias

       Valdepeñas. En Septiembre de 1930 José Ramón Vega, residente en calle de La Virgen, cayó con gripe, y se le complicó con pulmonía. El médico D. Gregorio Antequera avisó a la familia de la gravedad del caso, creyéndolo desesperado, lo que ya veían por sus ojos toda la familia. En este trance enviaron al convento a un sobrino del paciente en busca de una reliquia de la Madre Cándida, y a penas se la aplicaron se obró una favorable reacción y se inició una franca mejoría hasta llegar a una completa salud, gozándola hoy mejor que nunca. Vino al sepulcro de la Sierva de Dios, entregó su limosna y durante tres días rezó ante el dicho sepulcro el santo Rosario en compañía de su familia.
    María Carmen Vega, nieta del anterior perdió un zapato; la abuela, apuradísima por el disgusto que iba a ocasionar en la familia, acordándose de la M. Cándida tiene fama de intercesión particular para hallar cosas perdidas, la invocó, rezándole un Padre nuestro, y como si sintiera una inspiración interior creyó que estaba en un lugar a donde se dirigió y efectivamente tuvo la alegría de hallarlo; y en agradecimiento rezó otros dos padrenuestros.
     María Francisca Fernández estaba admitida para religiosa en el convento de Agustinas de Valdepeñas, y cuando iba a realizar sus designios cayó gravemente enferma el 2 de Septiembre una tía suya, lo que imposibilitaba su ingreso; se encomendó a la M. Cándida, ofreciéndole 5 pesetas para su hornacina, y la enferma empezó a restablecerse, pudiendo al fin acompañar a la postulante el día 4 de Octubre al convento, donde es actualmente religiosa que se dispone para entrar en el noviciado.
      Yo Nicolás Cámara y García, residente en la calle del Infante n. 59, me encontraba gravemente enfermo de pulmonía complicada con retención de la orina que me produjo gran hinchazón y dolores muy agudos del corazón, juzgando el médico que era muy fácil no saliese de aquella enfermedad. Me pusieron una reliquia de la M. Cándida, a la que yo pedí con todo mi corazón que me pusiese bueno, y ya pasé aliviado aquella noche, y siguiendo la mejoría hoy me encuentro completamente bien.


 ***************************************************************************************************************************

                                                               Oración 
  
                                      ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
                         que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
                         y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
                         en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
                         de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que 
                          pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
                           
                                                        (Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)

                       Rogamos nos comuniquen las gracias recibidas por intercesión de la
                                                          Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín. 
                                                       Pueden dirigirse a: MONASTERIO DE SAN DIEGO,
                                                                    MM. AGUSTINAS,  c/ Convento, 1
                                                                                13300 Valdepeñas 
                                                                           (Ciudad Real) ESPAÑA
                                                                                Tel.  926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

                                             POPULAR   IBAN  ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973 
                                                                    

0 opiniones:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión sobre la entrada.

Si deseas incluir un enlace utiliza este código:

<a href="Dirección de tu página">Titulo del enlace</