SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN "LA PERLA DE VALDEPEÑAS" 6 - 1

sábado, 19 de julio de 2014
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Núm. 6.                                                       JUNIO                                                         1931. ________________________________________________________________________________              

             (Del periódico "La Perla de Valdepeñas" publicado entre los años 1931-1935)


       ¿Y los hermanitos del Niño Jesús del Consuelo...?

    Aunque no ha llegado a mí esta pregunta, ya la oigo en mil labios, y sobre todo en los labios infantiles de sus "hermanitas" de Durango y de Talavera, y otras que estaban ya al acecho para emprender una verdadera campaña de devoción al Santo Niño.
    ¿Se le ha acabado a Ud. el entusiasmo, Padre? ¿Tan pronto nos deja sin nuestro Hermanito querido?...
     No, hijas mías, no. Ya os decía en el número anterior que no siempre resulta verdadero aquello que de "querer es poder", y lo véis con las medallitas, que va para cuatro meses que están empezadas y no salen nunca con ellas; y lo veríais con las estampas, que sólo ahora nos han entregado las grandes, por cierto hermosísimas, y lo veríais con dibujos encargados, que no ha estado en las posibilidades del dibujante, que cayó enfermo, cumplir a tiempo, y que después de cumplir hubo que remitirle el dibujo para modificarlo, y...
      Esperábamos todos los elementos para empezar de veras, y esos elementos han sufrido retraso. Esos elementos son: las estampas, las medallitas, la insignia o broche propio de los "Hermanitos del Niño Jesús del Consuelo", un folleto con la historia sucinta del Niño del Consuelo  y de la M. Cándida; la novena del Divino Niño, etc. Comprenderéis que, apenas empiece a tomar vuelo la devoción, nos lloverán pedidos de todo esto, y sería perder lastimosamente tiempo, papel y sellos en contestar que no hay, que todo está encargado, que... Así es preferible esperar un poquito más, y entonces vendrá de repente la avalancha de la propaganda, y ya veréis cómo se va a dar a conocer y a amar a vuestro Hermanito y a su Sierva, la M. Cándida.
     Por ahora, seguid vuestra propaganda, mis buenas niñas, y todas orad mucho, y sacrificaos para que el Divino Niño del Consuelo, que iba a consolar a nuestros soldados en la Guerra de Africa, con su Sierva, nos proteja en la presente tribulación, y todo se desarrolle en nuestra patria con paz, con orden, con disciplina, con piedad cristiana. Vuestras oraciones, queridas niñas, valen mucho delante de vuestro Hermanito. A orar, que ya se organizará vuestra ansiada Asociación.
. . . . . . . . . . . . 
   Esto quedó compuesto en el pasado mes, y no salió en LA PERLA por falta de espacio. Los sucesos acaecidos durante Mayo, la inseguridad de la situación presente y la oscuridad del porvenir, sobre todo con respecto a las comunidades religiosas  y sus colegios, nos obligan a aplazar hasta después de las vacaciones nuestro proyecto. Mientras tanto, los Hermanitos del Niño Jesús del Consuelo, recen todos los días un Padrenuestro a su Hermanito Jesús y un Ave María a su Madre Santísima por las necesidades de la Iglesia y de la Patria.
                                                   
                                                                                      Junio

                            La Institutora de la Fiesta del Corpus

  ¿Quién no conoce a Santa Margarita María de Alacoque, instrumento del Señor para la institución de la Fiesta del Sagrado Corazón de Jesús? Pero a su vez, ¿quien conoce a Santa Juliana de Monte Cornelión, la admirable monja agustina, que fué instrumento del Señor para la institución de la grandiosa solemnidad o Fiesta del Corpus-Cristi? En este mes de Junio, dedicado por la Iglesia a honrar al Santísimo Sacramento del Altar, queremos dar a conocer a los lectores de LA PERLA DE VALDEPEÑAS, esta santa, hermana de religión de Sor María Cándida de San Agustín.
    Muchos siglos pasaron sin que en la Iglesia tuviese una festividad especial el Santísimo Sacramento, hasta que en el siglo XIII quiso el Señor que fuese instituida. Para este fin escogió  a una santa monja agustina.. Vivía en aquel tiempo Santo Tomás de Aquino y San Luis de Francia; pero Dios no eligió ni al sabio ni al rey para ejecutar su proyecto. Juliana nació en 1192 y desde su infancia tuvo grandísima devoción al Santísimo Sacramento. Muy joven entró en el convento de Agustinas de Monte Cornelión, en Belgica, donde llevó una vida santa, consagrada a la oración y a la penitencia. Su meditación ordinaria era sobre el Santísimo Sacramento. Un día, a los quince años de su edad, tuvo una visión en la que contemplaba la luna destacándose en el cielo azulado, toda ella brillante, excepto un trozo que aparecía negro. Juliana se empeñó en vano por disipar aquel recuerdo y apartar los ojos y la atención de aquel extraño espectáculo; cuanto más fuerza se hacía para distraerse, más y más se le representaba.
La visión se repetía con frecuencia, hasta que un día le fué revelada su significación. La luna simbolizaba a la Iglesia, radiante con todas las festividades del año; el trozo obscuro significaba la ausencia de una festividad dedicada a honrar de un modo especial la Divina Eucaristía. El Señor la dió a entender que a ella la escogía para la misión de introducir en la Iglesia esta festividad.

     Temblando recibió esta comisión la joven religiosa, y con gran ardor pedía al cielo la eximiese de este cargo. Muchos años pasaron sin que el secreto de esta visión saliera del corazón de Juliana, hasta que obligada por los interiores impulsos del Espíritu Santo, se decidió a revelarlo. En 1230, después de haber obtenido el permiso de su M. Priora, se aventuró a consultar el caso con personas doctas, revelándoles los deseos del Señor que ella había llevado ocultos en su corazón durante veinte años. Entre las personas de su confianza a quienes interesó en este asunto, fué uno el Arcediano de Lieja, Jacobo Pantaleón, quien aprobó la revelación de Juliana, e interesó al Obispo de Lieja, Roberto, para que instituyera la fiesta del Corpus en su diócesis, lo que tuvo lugar en el año 1246, dedicándose a esta solemnidad el jueves siguiente a la fista de la Santísima Trinidad. El Arcediano de Lieja, que con tanto celo había patrocinado el proyecto de Juliana, Jacobo Pantaleón, ascendió al trono de Pedro en 1261, y es el Papa conocido con el nombre de Urbano IV. Este Papa, no sólo aprobó la fiesta del Santísimo Sacramento que ya se celebraba en Lieja, sino que la extendió a la Iglesia universal. Por encargo suyo compuso Santo Tomás de Aquino el admirable Oficio y Misa de esta grandísima  solemnidad. Sin embargo, Urbano IV murió antes de su decreto "Transiturus" fuese promulgado, y la institución de la fiesta, como universal, sufrió un nuevo retraso. Particularmente se fué introduciendo en muchas Diócesis, y por último el Concilio de Viena, en 1311 la extendió a la Iglesia católica. La procesión se celebraba solamente en algunas Diócesis, hasta que el Papa Juan XXII la extendió a toda la cristiandad.
      Juliana no vivió hasta ver el cumplimiento pleno de su misión. Le tocó vivir en tiempos calamitosos y se vió precisada a emigrar de convento en convento, ya que vió incendiar o destruir tres sucesivos monasterios en que vivía. Murió el 5 de Abril de 1258 en Fosses y está sepultada en el Convento de Villier, de la Diócesis de Namur. Este fué el débil instrumento escogido por el Cielo para la institución de una de las más solemnes y amables fiestas del Catolicismo.

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                                                               Oración 
  
                                      ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
                         que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
                         y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
                         en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
                         de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que 
                          pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
                           
                                                        (Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)

                       Rogamos nos comuniquen las gracias recibidas por intercesión de la
                                                          Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín. 
                                                       Pueden dirigirse a: MONASTERIO DE SAN DIEGO,
                                                                    MM. AGUSTINAS,  c/ Convento, 1
                                                                                13300 Valdepeñas 
                                                                           (Ciudad Real) ESPAÑA
                                                                                Tel.  926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

                                             POPULAR   IBAN  ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973 
                                                                    

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