¡¡¡CIENTO CURENTA Y SEIS ÑOS!!!
¡¡¡Por fin!!! Llegó el día tan deseado por aquella primera Comunidad, formada por M. Dolores Rodríguez de Lamo, Sor Luisa Gómez, y las novicias Victoria Cogolludo y Catalina Calero, que la Madre Cándida había formado con esmero e ilusión para su amado convento de Valdepeñas, al que llegaron el 24 de marzo del 1876. Pero desde el primer momento de su llegada al convento, su objetivo principal y acariciado por todos era el de trasladar los restos de la Madre, al que había profetizado que sería llevada después de muerta.
El 29 de junio de 1876, apenas tres meses después de llegada la comunidad, el gobernador civil les comunica que el rey daba permiso para la traslación del cuerpo de la Madre.
El 24 de octubre del 1876, siete meses después de llegada la primera comunidad, fue el día elegido para el acto, que se celebró con toda solemnidad. Y como ella había profetizado: "Cuando entren mis restos en Valdepeñas se despoblarán las casas por verlos", y así fue. Un tal Eugenio Hurtado de Mendoza y Merlo daba testimonio de la impresión que le hizo ver semejante gentío reunido para recibir los restos de la Madre.
Un hecho se se dio que aún hizo subir más la temperatura de emociones que ese día se juntaron en Valdepeñas:
"Un hombre paralítico que vio pasar el cortejo que conducía el cuerpo de la sierva de Dios, comenzó a clamar diciendo: ´¡Madre Cándida, ya que tanto amor y devoción que os he tenido haced que yo pueda andar y acompañaros hasta el convento!
´En aquel momento se sintió el paralítico sano y pudo acompañar, yendo por su propio pie, a los que llevaban los restos de la Madre Cándida´.
Este testimonio nos lo da Juana María de Torres, que estuvo presente junto con su padre y su tía doña Juana Vizcaíno, que a pesar de ser una niña de siete años y de los años trascurridos, las impresiones de ese día permanecen gravadas en su mente.
El cuerpo de la Madre se colocó en el coro bajo con la siguiente inscripción:
Aquí yace la R. Madre Sor Cándida Córdova
de San Agustín, que falleció en Toledo el 30 de marzo
de 1861, siendo trasladada a este convento, del que
fue fundadora, el 24 de octubre de 1876.
Al día siguiente se celebraron en la iglesia del convento unas solemnes honras fúnebres por el eterno descanso de su alma, presididas por don José Córdova, el sobrino sacerdote de la Madre Cándida.
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Oración
¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que
pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
(Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)
Rogamos nos comuniquen las gracias recibidas por intercesión de la Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín. Pueden dirigirse a: MONASTERIO DE SAN DIEGO
MM. AGUSTINAS,
Plaza del Convento, 1
13300 Valdepeñas
(Ciudad Real)
ESPAÑA
Tel. 926 32 21 05
Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal.
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