SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN "LA PERLA DE VALDEPEÑAS" 8 - 3

viernes, 31 de octubre de 2014
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Núm. 8.                                                         AGOSTO                                                         1931. ________________________________________________________________________________              

                            (Del periódico "La Perla de Valdepeñas" publicado entre los años 1931-1935)


                                 Acciones  de  gracias
  
   Caridad Sánchez, hallándome muy mal con una riga en la vista derecha y con terribles dolores en el ojo, que parecía que se me iba a saltar, estaba con tanto mal sin fuerzas para sufrir. Me amparé a la Madre Cándida y al Santo Niño Jesús del Consuelo, ofreciéndole que si él me aliviaba le llevaría un par de velas y una misa al Santo Niño; me puso mi hija una reliquia de la M. Cándida y enseguida se me aplacaron los dolores tan terribles que tenía, y así estuve aliviada hasta que después me operaron y salí felizmente. Esto me pasó hace unos meses y hoy, 9 de Marzo de 1931 he venido a cumplir mi promesa. Valdepeñas, Calle de San Juan, nº 14.

      Antonio Perea Vázquez, hijo de Trinidad Vázquez, natural de Valdepeñas, calle del Este, 8, declara que se le fijó un dolor en un costado a causa de un enfriamiento. El 3 de Enero le apretó tanto la fiebre que llamaron al médico, creyendo que era pulmonía; su madre lo encomendó a la M. Cándida, y sin haberle visto el dicho médico, a los dos días dijo: Ya me marcho a trabajar pues yo ya estoy bueno. Y su madre vino a cumplir su promesa y a suscribirse a LA PERLA.

     Moral de Calatrava (Ciudad Real).- Viendo los muchos milagros que La Perla de Valdepeñas cuenta de la gran Sierva de Dios, la Madre Cándida, he creído un deber de conciencia publicar el siguiente acaecido con un hermano mío el año 1921.- Salió mi hermano para Melilla y se llevó en campaña diez meses y medio, tomando parte en muchos combates, sin dejar un día de entrar en acción, después del terrible desastre de Anual. Si durante toda la campaña experimentó la protección de la Madre Cándida, lo acaecido el 2 de Octubre fué un verdadero milagro. Bajo una lluvia de balas cayó muerto a su lado su teniente. Allí mi hermano recibió dos balazos, uno en la cabeza, que no le produjo más que un pequeño bulto, y el otro a un lado del vientre, que le agujereó el cinto (que lo conservo en mi poder y es fuertísimo) la guerrera, el pantalón y toda la ropa interior, y al llegar al cuerpo, la bala que iba derecha se torció hacia atrás, no haciéndole  nada más que una leve raspadura en la carne. Después de este peligro tuvo otros muchos, de todos los cuales salió maravillosamente. Mi hermano era sargento y llevaba en su pecho un retrato de la bendita Madre Cándida, retrato que por tercera vez se encontraba en el suelo africano. Mi hermano se llama Carmelo Mas Miranda y está vivo y sano, gracias a Dios, aunque ahora está ausente, muy lejos, yo lo publico en su nombre, asegurando su verdad para gloria de Dios y confianza en la intercesión de su Sierva, la M. Cándida de San Agustín. Hoy 10 de Junio de 1931. Manuela Mas Miranda. 

     Valdepeñas.- Un deber de gratitud para con la Sierva de Dios, la M. Cándida, me obliga a hacer pública la gracia que por su intercesión he recibido. Estando mi hijo Antonio gravísimamente enfermo en el hospital militar de Carabanchel, de una pulmonía muy grave, sin que dieran esperanzas de vida los médicos asistentes, en aquellos instantes de angustia y de dolor lo encomendé a la intercesión de la Madre Cándida y le apliqué una reliquia de la Sierva de Dios. Y con inmensa alegría de mi corazón pude observar que, tan pronto como le apliqué la reliquia, empezó su alivio, casi milagroso, y poco a poco fué mejorando hasta su completo restablecimiento, y hoy tengo el consuelo de tenerlo gozando de perfecta salud. Y en señal de gratitud hemos venido mi hijo y yo a visitar el sepulcro de la Madre Cándida y a publicar el milagro. Carmen Fernández de Carrazón.

    Valdepeñas.- En el año 1929, Rafaela Fernández y Sánchez, casada y natural de esta Villa se encontraba mal de un pecho, que lo tenía enconado, y le daba unas calenturas muy malas. Todos los que la veían, y las vecinas decían que tenía para mucho tiempo. Viéndose tan mal la enferma, dijo: Madre Cándida, si para la Semana Santa puedo ir a las procesiones (faltaban solo unos días) te llevaré un par de velas (que se encienden al Niño del Consuelo). Aquella noche se le reventó y en la Semana Santa estuvo ya buena, y vino a traer muy gozosa su ofrenda. Vive en la calle de la Venónica número 44.

    Moral de Calatrava.- Rvda. Madre Priora: el objeto de esta carta, Rvda. Madre, es manifestarle cómo hace pocos días llegó a mis manos el precioso periódiquillo La Perla de Valdepeñas, al que me suscribí en seguida, y sin guiarme de nadie más que de Dios he fundado un coro de treinta y deseo de su bondad mande Ud. los números correspondientes de La Perla, pues las asociadas esperan con impaciencia. También le suplico a Ud. me mande estampas y medallas y de todo lo que tenga relación la bendita Madre Cándida, porque entre las socias hay enfermas que las desean y yo mismo tengo el niño mayor, de cinco años, con una bronquitis y los inviernos los pasa muy mal, además de otras necesidades de la casa. Y tengo mucha fe en la Sierva de Dios y con la ayuda del precioso Niño del Consuelo, movido por sus oraciones, esperamos la salud y el consuelo de todos. Manuela Mas.
      Esta ferviente devota de la Sierva de Dios, la misma que cuenta en estas páginas las gracias recibidas de la Madre Cándida por su hermano en Melilla, acompaña su carta con unos VERSOS a la Madre Cándida, que, por ser expresión sencilla y sincera de su corazón, sin pretender presumir, pues carece de instrucción para ello, La Perla de Valdepeñas los acoge, como muestra de un gran amor y gratitud a su Protectora, y los publica gustosamente, en la seguridad de que los devotos lectores serán indulgentes y se edificarán de su piedad.


                         A la Madre Cándida de San Agustín

                             Sor Cándida bendita, de virtudes dechado,
                       bien puede Valdepeñas con orgullo nombrarte,
                       igual que los soldado que en Melilla han luchado
                       que hallaron en tu imagen su firme baluarte.

                             Oh bendita heroína, hoy triunfante en el cielo
                       ¡quién tuviera una chispa de tu encendido amor!
                       tú que al soldado hispano en africano suelo
                       fuiste alivio en sus penas, consuelo en su dolor.

                             Como rico brillante de radiantes fulgores
                       iluminas los claustros de la Orden Agustina
                       y el Niño del Consuelo cifró en ti sus amores
                       prendado de tu alma tan casta y peregrina.

                              Sor Cándida bendita, hoy todos mis azares
                        a ti yo recomiendo, mis penas tú las ves,
                        que pronto te veamos subida a los altares 
                         y a toda Valdepeñas rendida ante tus pies.

                                         

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                                                               Oración 
  
                                      ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
                         que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
                         y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
                         en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
                         de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que 
                          pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
                           
                                                        (Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)

                       Rogamos nos comuniquen las gracias recibidas por intercesión de la
                                                          Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín. 
                                                       Pueden dirigirse a: MONASTERIO DE SAN DIEGO,
                                                                    MM. AGUSTINAS,  c/ Convento, 1
                                                                                13300 Valdepeñas 
                                                                           (Ciudad Real) ESPAÑA
                                                                                Tel.  926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

                                             POPULAR   IBAN  ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973 
                                                                    

    

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