APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN 3, 2

miércoles, 6 de marzo de 2013
     176.    Con grandísimo fervor daba gracias al Señor la Madre María Cándida de San Agustín por el beneficio de la fe y rogaba por su difusión por todo el orbe, pidiendo de un modo especial que floreciese siempre en España.
       El día del Apóstol Santiago se le presentó y visitó este Santo el año 1858 y entre otras cosas la dió a conocer la solidez con que había plantado la fe en España para que permanezca hasta el fin de los siglos y cuánto le deben los españoles por este favor tan grande. Decía después la Madre María Cándida: "-¡Ay, si supieran los españoles lo que debemos a Santiago por la fe que nos trajo!, no sabrían qué hacerse con el santo Apóstol en agradecimiento."

     177.    Fué grandísima la devoción de la Madre María Cándida de San Agustín a los principales misterios de la fe católica, en especial a los de la Santísima Trinidad y Encarnación, Pasión y Muerte del Divino Redentor.

      178.    Era tal la fe de la Madre María Cándida en Dios y sus divinos atributos y la alegría que experimentaba en verlos resplandecer, que hasta en las mismas tempestades y temblores, mientras las demás religiosas temblaban de miedo y pedían misericordia al Señor, ella, absorta en la contemplación del divino Poder, saltaba de contento e invitaba a las otras para que hiciesen lo mismo y alabasen al Señor.

     179.    Tenía la Madre un canario, de cuyo canto se aprovechaba para más alabar a Dios. Por la noche, cuando las religiosas iban a rezar, le invitaba a que cantase y le decía: "-Galán, vamos a alabar a la Santísima Trinidad", y el animalito empezaba a cantar y se deshacía en su canto, hasta que terminaban el rezo las religiosas; terminado el rezo, se callaba.

     180.    Visísima también era la fe de la Madre María Cándida en el misterio de la Encarnación, siendo jaculatoria frecuentísima en sus labios toda su vida la de ¡Viva Jesús!, que pronunció en el bautismo. En protestación de esa misma fe quiso llevar escrito sobre su corazón el santísimo nombre de Jesús, y en premio de su fe quiso el Señor que San Agustín la escribiese en el corazón las palabras Verbun caro factum est, que son la expresión evangélica del mismo misterio.

     181.    Ternísima era asimismo la fe y devoción de la Madre María Cándida a los misterios de la infancia del Divino Redentor. Para desahogo de su intensísimo afecto al Divino Niño deseó tener una imagen suya, y el Señor milagrósamente se la proporcionó, denominándola ella Niño Jesús del Consuelo. Trató la Madre María Cándida familiarisimamente con el Niño Jesús  por medio de esta imagen recibiendo de él grandes y milagrosos favores para sí y para sus prójimos. En premio del gran afecto de la Madre María Cándida al Niño Jesús, la Virgen Santísima se le dió varias veces en la oración para que se regalase con él: una noche de Navidad se le entregó puesto en un paño muy fino, y después de mucho tiempo que le tuvo en sus brazos la dejó la Virgen el lienzo, con el cual sanaron luego muchos enfermos; en otra ocasión se quedó el Niño Jesús como dormido en brazos de la Madre Cándida reclinado sobre su pecho y como en actitud de mamar, y sorprendida por la Madre Dolores de Jesús, la dijo: "-Déjame, ¿por qué me le quitas, y me quitas mi delicia y todo mi gozo y consuelo?".


Bendita imagen del Stmo. Niño Jesús del Consuelo, con quien trataba familiarmente la M. Cándida y ahora se venera en el Monasterio de MM. Agustinas de Valdepeñas (Ciudad Real) 

     182.    Procuraba la Madre María Cándida fomentar esa devoción al Niño Jesús con santas industrias entre sus hijas dentro y fuera del convento. El 3 de Diciembre de 1860 escribía así a doña Juana Vizcaíno: "Viva Jesús. -Amadísima hija de mi alma: Recibo tu carta que en verdad me ha hecho reír. Ven pichona mía, ¿no has conocido que esas papeletas son la falda del Santísimo Niño, como se echa todos los advientos en los conventos? Si no sabes, hija mía, de la tela que se hace tu madre te lo va a decir. Pichona, se hace con la mortificación, de la que hay gran cosecha con los padecimientos que Nuestro Señor nos regala. ¿Verdad, mimona mía? Con esa debilidad ha querido se la hagas este año: el que viene no ha de ser así; así anímate."
Costurero de M. Cándida de San Agustín

     183.    No era menor la fe y devoción de la Madre María Cándida de San Agustín hacia los misterios de la Pasión y Muerte de nuestro Redentor. Ante la imagen de Jesús crucificado hacía su oración cuando era niña y antes de ser religiosa, y en la Religión Agustiniana, en testimonio de su gran fe en esos misterios, usó interiomente un crucifijo pendiente del cuello y quiso, aun en Toledo, decorar su sencillo hábito con la imagen del  Jesús  crucificado, que externamente llevaba colgada y puesta sobre su corazón, como las Agustinas de Alcalá, aunque las de Toledo no le llevan, teniendo además en su celda un Crucifijo de mesa muy grande, que se conserva en Valdepeñas. En el costurero que usaba, y que aun se conserva en el Convento de Religiosas Agustinas Concepcionistas, vulgo Gaitanas, de Toledo, tenía también colocadas bajo cristal tres estampitas que representan al vivo tres pasos de la Pasión del Señor, a saber, el encuentro con la Verónica, la caída del Señor bajo el peso de la cruz y el acto de la crucifixión del Señor, de cuya vista se servía para avivar en medio de sus dolores la fe y devoción  a la Pasión del Redentor.   



Cruz que llevaba   M. Cándida pendiente de su cuello y se conserva en el Monasterio de MM. Agustinas de Valdepeñas (Ciudad Real)
      El Señor, para premiar esta devoción, se dignó manifestársela frecuentemente en diversos pasos de su misma Pasión y hacerla participante de sus sagradas llagas y corona de espinas, aunque sin aparecer exteriormente; con lo cual aumentaban también más los merecimientos. Las espinas de la corona la atormentaban a veces tanto que parecía querían brotar de su frente y cabeza, y llegaban a impedir el uso de alguno de los ojos, ordinariamente el derecho.

____________________________________________________________________

       Desde este blog se ruega a todas aquellas personas que encomendándose a la  poderosa intercesión de la Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín, obtengan alguna gracia o favor, lo comuniquen a:

                                            Monasterio de San Diego de Alcalá

                                                               MM. Agustinas
                                               13300 Valdepeñas (Ciudad Real)
                                                                 - ESPAÑA -
                                                            Tf: 926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

                                             POPULAR   IBAN  ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973 

0 opiniones:

Publicar un comentario

Gracias por tu opinión sobre la entrada.

Si deseas incluir un enlace utiliza este código:

<a href="Dirección de tu página">Titulo del enlace</