SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN "LA PERLA DE VALDEPEÑAS" 9, 3

martes, 18 de noviembre de 2014
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Núm. 9.                                                 SEPTIEMBRE                                                         1931. ________________________________________________________________________________              

                            (Del periódico "La Perla de Valdepeñas" publicado entre los años 1931-1935)


             Virtudes de la Madre María Cándida

               María Cándida ingresa en el Convento
                      de Agustinas de Alcalá de Henares

    El grabado que acompaña a este artículo representa a la joven María Cándida obteniendo de su padre, después de largas y porfiadas luchas, la bendición y el permiso para abandonar el mundo y consagrarse a Dios en el estado religioso. La firmeza de su vocación, la valentía y fortaleza con que fué fiel a ella, y finalmente, su definitiva victoria, están relatadas en su Vida, en los párrafos siguientes.

     Anhelo constante de María Cándida era el hacerse religiosa y consagrarse para siempre por medio de los votos al sevicio de Nuestro Señor Jesucristo; pero encontró graves obstáculos que venció heroicamente. Su padre a la fuerza quería casarla con alguno de los muchos pretendientes que se presentaban, procurando con malos tratamientos obligarla a seguir su voluntad; pero ella, firme en su vocación, decía: 
"-Monja he de ser, y monja he de ser, y no me caso." Llegó su padre hasta el extremo de pretender casarla por sorpresa: estando ya todo dispuesto hizo venir al señor cura y, haciéndola entrar en la habitación, en que todos estaban, la dijo que tenía que casarse con un caballero allí presente, a lo que ella con gran energía, delante de todos, contestó: "-Yo no me caso con nadie más que con Jesucristo", dejando a todos admirados de su resolución.

     Firme en su buen propósito, seguía María Cándida pidiendo con instancia al Señor que le ayudase a realizarlo, y con tal fervor hacía un día su oración sobre esto, que oyéndola su padre cambió de modo de pensar y cuando salió de la oración, le dijo: "-Dispón de cuanto te haga falta para irte de monja";  noticia que causó a María Cándida grandísima alegría.
 María Cándida recibe de su padre, después de muchas negativas, el permiso para  realizar su ansiado proyecto de ingresar en el convento.


      Obtenido el consentimiento paterno, dió María Cándida los pasos necesarios para entrar de religiosa en el convento de Agustinas Magdalenas de Alcalá de Henares; pero, cuando ya estaba admitida y a punto de entrar en el convento, he ahí que muere su madrastra Doña Josefa Langa, después de solos nueve meses de matrimonio, y se ve obligada, por consideración a su padre, viudo, que sentía mucho la separación de su hija, a diferir la entrada por espacio de algunos meses. Finalmente, después de tres años de dilación que había tenido que soportar por razón de la edad que exigía la Constitución española mientras estuvo vigente, y de otros tres por la oposición de su padre, logró realizar sus deseos.

     En el "Libro de las Señoras Religiosas que fallecen" del Convento de Agustinas Magdalenas de Alcalá de Henares se lee: Tomó el Abito para Monja de coro y velo negro Cándida Córdova, natural de Valdepeñas, Arzobispado de Toledo, de edad de veintidós años, en el día 15 de Mayo de 1826; se puso de San Agustín en la Religión". Dió la licencia para que María Cándida recibiese el hábito el Dr. D. Domingo del Río y Murga en Toledo el 23 de Abril de 1826, con la obligación de dar 6.000 reales de dote y 2.000 para su vestuario y gastos de noviciado, y era cuando recibió dicho hábito Superiora de la Comunidad con el título de Presidenta la Madre Sor Vicenta de las Mercedes.

    De los diversos nombres recibidos en el bautismo, a los de María Cándida, quiso añadir al hacerse religiosa, como aparece en el artículo precedente, el de San Agustín, por la especial devoción que le tenía a este Santo; de modo que en la religión se llamó Sor María Cándida de San Agustín, y así se firmaba en sus cartas, como se puede ver en las que aún se conservan. En el siglo, como consta de su declaración en el acto de exploración de su libre voluntad para ser religiosa, se llamaba de hecho Cándida Rosa Rosalía; pero en el convento de Alcalá era denominada comunmente con el nombre de la Madre San Agustín y en el de Toledo con el de la Madre Cándida.

      Aproximándose el tiempo de la profesión el Dr. D. Miguel de Pascual Heranz, Vicario General interino en Alcalá, exploró el 15 de Abril de 1827 la voluntad de Sor María Cándida de San Agustín y halló que, sin coacción de nadie, espontánea y líbremente estaba dispuesta a profesar, y que siendo de complexión sana y robusta, sin ninguna enfermedad, y habiendo probado las asperezas de la vida religiosa, se creía  con fuerzas bastantes para cumplir con las obligaciones del estado religioso según la regla de San Agustín y las Constituciones del Monasterio en que vivía como novicia, autorizándola en el mismo acto para que pudiese hacer testamento y renuncia de sus legítimas paterna y materna y de cuantos derechos y acciones le pertenecían entonces y le pudieran en lo sucesivo pertenecer. Terminado el año de noviciado, profesó solémnemente el 18 de Mayo de 1827, siendo Priora del Convento la Madre Sor Escolástica de la Santísima Trinidad, que, elegida para dicho oficio el 15 de Agosto de 1826, continuó desempeñándolo hasta 1846.

     Desempeñó en seguida Sor María Cándida de San Agustín varios cargos menores en la Comunidad, siendo elegida, aun siendo novicia, ropera de lana para cuando profesase. Para el trienio que comenzó el 15 de Septiembre de 1829 fue nombrada panadera y, como auxiliar de otras, sacristana, ropera de lienzo y refitolera, como consta del Libro de Elecciones de la misma Comunidad.


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                                                               Oración 
  
                                      ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
                         que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
                         y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
                         en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
                         de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que 
                          pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
                           
                                                        (Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)

                       Rogamos nos comuniquen las gracias recibidas por intercesión de la
                                                          Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín. 
                                                       Pueden dirigirse a: MONASTERIO DE SAN DIEGO,
                                                                    MM. AGUSTINAS,  c/ Convento, 1
                                                                                13300 Valdepeñas 
                                                                           (Ciudad Real) ESPAÑA
                                                                                Tel.  926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

                                             POPULAR   IBAN  ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973 
                                                                    

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