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AÑO II - Núm. 13. ENERO 1932. ________________________________________________________________________________
(Del periódico "La Perla de Valdepeñas" publicado entre los años 1931-1935. Dirigido por el Beato P. José Agustín Fariña, OSA. Martir en la guerra del 1936).
¿Se puede venerar públicamente al Niño del Consuelo en el cuadro o grupo escultórico en que está con la Madre Cándida de San Agustín y el soldado?
(Continuación) (I).
El canon 1276 del Código Canónico dice: "Es bueno y útil invocar con súplicas a los Siervos de Dios que reinan con Cristo, y venerar sus reliquias y sus imágenes".
Y el canon 1277 declara que "con culto público sólo es permitido venerar a los Siervos de Dios que han sido inscritos por la autoridad de la Iglesia en el catálogo de los Santos o de los Beatos".
¿En qué consiste el culto público y el culto privado? Nos lo dice el mismo Código en el canon 1256, con estas palabras: "Si el culto se da en nombre de la Iglesia, por personas legítimamente deputadas para esto y por actos que por institución de la Iglesia se ofrecen únicamente a Dios, a los Santos o a los Beatos, se llama público; de otro modo el culto es privado."
Lo referente al culto de la Madre Cándida queda expuesto en el número de Diciembre, en que hemos resumido la materia de otros números anteriores, y está perfectamente concorde con las leyes aquí comentadas. Vengamos a inquirir si el grupo escultórico que representa al Niño del Consuelo bendiciendo a un soldado para quien pide gracia la M. Cándida podría exponerse a la pública veneración de los fieles. Dicho grupo escultórico representa a la M. Cándida en un hecho milagroso, que aunque no se puede probar y sobre el cual no ha dictado sentencia la Iglesia, son hechos relatados al día, como quien dice, por una compañera de dicha Madre, y que precisamente después de la muerte de ésta, fué a hacer la fundación del convento de Valdepeñas. Están escritos por consejo de sacerdotes prudentes y están corroborados en su Proceso por testimonios fidedignos de personas que la trataron y conocieron o que lo oyeron de éstos, entre ellos varios sacerdotes. No se podrá "probar" su verdad, como no se podrá probar la mayor parte de los hechos portentosos de muchos santos canonizados; pero no hay fundamento suficiente para ponerlos en duda, y menos para negarlos. Si algún día confirma Dios las virtudes de su Sierva con milagros, tendremos una mayor probabilidad de verdad en esos hechos, pero nunca una certidumbre completa.
Según la doctrina arriba expuesta y comentada, la figura de la M. Cándida puede pintarse en cuadros y en vidrieras.
Por estas razones juzgamos que DE POR SÍ el grupo del Niño del Consuelo podría ponerse a la veneración pública aun en un altar de la iglesia. Y decimos "de por sí", porque puede la Autoridad Eclesiástica tener otras razones por las cuales no crea conveniente esta u otra parecida exhibición y dichas razones deberán bastar a cualquier buen cristiano para acatar la voluntad de los Prelados.
Y con lo dicho queda esclarecida esta materia y expuesta nuestra opinión, contestando a diversas preguntas que por varios conductos se nos han hecho.
*************************************
Al Niño Jesús del Consuelo
Es tan hermosa tu cara
que a besos la comería,
la flor de tus lindos labios
destila rica ambrosía.
Tu cuerpecito gentil
se cimbra como la rosa,
como la azucena airosa
del más frondoso pensil.
La blancura de tus manos
imitan al puro armiño,
déjame que te las bese
mil y mil veces Bien mío.
Eres todito un tesoro,
una joya sin igual;
mi corazón deposito
a tus pies, Rey Celestial.
Unido a mi corazón,
de multiformes colores
un ramo de bellas flores
te ofrezco, oh mi dulce Amor.
No lo rehuses, Rey mío,
desde el trono de Belén,
que eres mi vida y consuelo,
mi todo y supremo Bien.
Sor Mª Asunción del Buen Consejo Jarque.
Agustina
***************************************************************************************************************************
Oración
¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que
pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
(Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)
Rogamos nos comuniquen las gracias recibidas por intercesión de la
Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín.
Pueden dirigirse a: MONASTERIO DE SAN DIEGO,
MM. AGUSTINAS, c/ Convento, 1
13300 Valdepeñas
(Ciudad Real) ESPAÑA
Tel. 926 32 21 05
Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:
POPULAR IBAN ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973
Según la doctrina arriba expuesta y comentada, la figura de la M. Cándida puede pintarse en cuadros y en vidrieras.
Por estas razones juzgamos que DE POR SÍ el grupo del Niño del Consuelo podría ponerse a la veneración pública aun en un altar de la iglesia. Y decimos "de por sí", porque puede la Autoridad Eclesiástica tener otras razones por las cuales no crea conveniente esta u otra parecida exhibición y dichas razones deberán bastar a cualquier buen cristiano para acatar la voluntad de los Prelados.
Y con lo dicho queda esclarecida esta materia y expuesta nuestra opinión, contestando a diversas preguntas que por varios conductos se nos han hecho.
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Al Niño Jesús del Consuelo
Es tan hermosa tu cara
que a besos la comería,
la flor de tus lindos labios
destila rica ambrosía.
Tu cuerpecito gentil
se cimbra como la rosa,
como la azucena airosa
del más frondoso pensil.
La blancura de tus manos
imitan al puro armiño,
déjame que te las bese
mil y mil veces Bien mío.
Eres todito un tesoro,
una joya sin igual;
mi corazón deposito
a tus pies, Rey Celestial.
Unido a mi corazón,
de multiformes colores
un ramo de bellas flores
te ofrezco, oh mi dulce Amor.
No lo rehuses, Rey mío,
desde el trono de Belén,
que eres mi vida y consuelo,
mi todo y supremo Bien.
Sor Mª Asunción del Buen Consejo Jarque.
Agustina
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¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que
pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
(Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)
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