APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LA MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN 4, 3

martes, 13 de agosto de 2013
     366.    En Alcalá, tuvo la Madre María Cándida un confesor del convento de San Diego y entre otras cosas, le predijo la siguiente. Un día, después de confesarse, le dijo: "-¡Ay, Padre, lo que me ha manifestado el Señor! que un convento de usted se ha de convertir en cuartel y cuadra de caballos, porque no hay lo que debía haber en él." El Padre no hizo caso de aquello, tomándolo como cosa de una niña, pero cuando después sucedió, le decía ella: "Padre, ¿no se lo dije a usted?, ya lo está viendo."  Y él confesaba que, por desgracia, así era, como la Madre se lo había predicho.

     367.    Una señora que visitaba mucho a la Madre María Cándida, en Alcalá, la decía que se iba a casar, pensamiento de que procuraba disuadirla la Madre después que supo con quien trataba de casarse. Insistiendo la señora en su idea y diciendo varias veces el buen estado en que se hallaba la boda, la Madre solía decirla: "-Cuando yo, se casará usted con la tierra." La víspera del día destinado al casamiento, volvió la señora a dar la noticia a la Madre y ésta la dijo lo mismo. Por la noche fueron soldados a la casa del novio y le dijeron: "-Saque usted el caballo, y véngase con nosotros"; pero le hicieron montar en otro por temor de que con el suyo, que le tenía bien adiestrado, se les huyese y no le pudiesen coger; le sacaron después al campo, y sobre una piedra, le cortaron la cabeza. Cuando la Madre María Cándida contó este caso a D. Manuel Raposo, decía: "-¡Ay, hermano, qué horror daba el verlo! Corría sangre como un arroyo y el cuerpo daba saltos."

¡Ay, hermano, qué horror daba el verlo!


        368.    Siendo la Madre María Cándida Priora en el convento de Agustinas Magdalenas de Alcalá, se la presentaron dos niñas de aquella ciudad que manifestaban deseos de ser religiosas, y de una dijo que no sería religiosa y de la otra que entraría en aquel convento y perseveraría en su vocación, como se ha verificado. Esta fué la Madre Sor Juana de Santa Teresa, que tomó el hábito en dicho convento el año 1855, fué con el tiempo Superiora en él muchos años y murió santamente en el mismo el año 1909.

     369.    De doña Ramona de Reolid, hija de D. Mariano y de doña Blanca Fernández de Ayuso, cuando siendo muy niña iba frecuentemente con sus padres a visitar a la Madre María Cándida en Toledo, predijo ésta que siendo como era muy hermosa, tendría muchos pretendientes, pero que con ninguno se casaría. Predijo también de un hermano de doña Ramona, cuando estudiaba el bachillerato, que terminaría la carrera de leyes, pero que moriría antes de ejercerla, y de toda la familia predijo igualmente que, a pesar de ser muy rica, todo lo perdería por culpa de un mal administrador y apenas le quedaría lo bastante para pasar regularmente la vida. Todas estas cosas y alguna otra predicha por la Madre María Cándida respecto de esta familia se han cumplido exactamente.

     370.    Visitando a la Madre María Cándida con otras personas dos jóvenes del pueblo de Villacañas, provincia de Toledo,  de las cuales una manifestaba querer ser religiosa y otra estaba en relaciones de casamiento, dijo la Madre que la primera no llegaría a entrar en religión y la segunda sería religiosa de gran provecho en el convento de Agustinas de Santa Úrsula, de Toledo. Y así se verificó; pues la primera no fué religiosa y la segunda desistió con el tiempo de toda idea de casamiento, entró y profesó en el convento citado y llegó, siendo Superiora en circunstancias difíciles, a gobernarle con grandes ventajas para su Comunidad. Se llamó esta religiosa Sor María Josefa  Bueno.

     371.    Una familia, apellidada de la Fuente, en el pueblo de Noez, cerca de Toledo, se hallaba muy preocupada del porvenir de un joven por temor de que se viese obligado al servicio militar, si la suerte le era contraria; y manifestando a la Madre María Cándida estos temores, ella les consoló y tranquilizó, asegurándoles que aquel jóven sacaría en el sorteo el número tres, que era el más alto, no entrando en quintas aquel año en el pueblo más que tres jóvenes, y que consiguientemente quedaría libre del servicio militar. Este jóven era tío de la Madre Sor María Angeles de la Fuente, religiosa agustina en el convento de Santa Úrsula de Toledo.

     372.    En una de las ocasiones en que D. Cesáreo Humarán, confesor de la Madre María Cándida, estuvo en Valdepeñas dirigiendo las obras del convento que dicha Madre allí fundaba, teniendo que volverse a Toledo, le escribió la Madre que no viniese en la primera diligencia que salía y lo dejase para la siguiente. A él le chocó el aviso y hasta le contrarió algo, porque se retrasaba su vuelta; pero obró según él. Y sucedió que la primera diligencia se quemó y hubo muchas desgracias, mientras que la otra llegó felizmente y sin el menor percance. Entonces cayó en la cuenta D. Cesáreo y conoció la importancia del aviso recibido. Sucedieron estos hechos en el mes de Septiembre de 1856, como consta de una carta de D. Mariano Gil López, escrita desde Madrid el 24 de los dichos mes y año a D. Cesáreo Humarán, que se conserva con otras en el convento de Valdepeñas.

     373.    Deseaba la Madre María Cándida tener la Historia de la Virgen de Guadalupe, y a su vez dos casados, hombre y mujer de esta población, deseaban conocer a la Madre y con este objeto fueron a Toledo. Antes de que llegasen al torno dijo la Madre a su compañera Sor Dolores de Jesús: "-Baja, que hay unos de Guadalupe que me buscan". Los recibió Sor Dolores, y lo primero que dijeron fué que traían de regalo para la Madre María Cándida la Historia de la Virgen de Guadalupe. Fué luego al locutorio la Madre María Cándida y enterada de las persecuciones que habían padecido y de cómo la Virgen había librado al marido de la muerte que sus enemigos habían procurado darle, los consoló y aconsejó, asegurándoles que en adelante no los perseguirían y encargándoles que hiciesen bien a los que les habían hecho mal. Salieron ellos de la visita muy contentos y les sucedió después como la Madre María Cándida les había predicho. 



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                                                               MM. Agustinas
                                               13300 Valdepeñas (Ciudad Real)
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