APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LA MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN 4, 5

viernes, 30 de agosto de 2013
        382.    En tiempo de la guerra de África, cuyo resultado favorable a las armas españolas había predicho a D. Manuel Raposo escribiéndole: "De los moros saldremos bien", deseaba una señora saber, y preguntaba a la Madre María Cándida, cuándo se haría la paz con dichos moros, y la Madre contestó que para Marzo;  y así sucedió, pues la paz se firmó el 25 de Marzo, fiesta de la Anunciación de la Virgen y de la Encarnación del Hijo de Dios.

     383.    Estando una vez en oración mostró el Señor a la Madre María Cándida una Crruz que manaba sangre por los agujeros de los clavos y de la cual se cayó la cabeza. Quedando ella con el deseo de saber el significado de aquello, el Señor la manifestó que la Cruz con la sangre significaba la Iglesia que sufría por las persecuciones que padecía y tendría que padecer, aún de los suyos, y la cabeza caída el Papa, que era la cabeza de la Iglesia y moriría en esas persecuciones. La manifestó también que al tercer Pontífice se pondrían las cosas de la Iglesia en paz; que el que siguiese a éste duraría poco, y que el sucesor sería un santo y pondría la Iglesia y todas las cosas en orden.

     384.    Del don de profecía juntamente con el de hacer milagros dan testimonio, entre muchos otros, los hechos siguientes.
     Estaba en Toledo una niña muy enferma y rogaron a la Madre María Cándida que pidiese a Dios por ella. La Madre contestó: "-Yo la daré una cosita con que se ponga buena", y dió unos anises que había puesto en la boca de su Niño Jesús del Consuelo, diciendo que se los diesen a la niña y se curaría. Hiciéronlo así y lo mismo fué dárselos que ponerse la niña buena

     385.    Una mujer de Villa del Prado tenía un hato de cabras, con cuyo producto se sostenía la familia, y combatiendo cierto mal a dichos animales, empezaron a enfermar llegando a morir  alguno. Entonces la mujer fué a visitar a la Madre María Cándida y le decía llorando: "-¡Ay, Madre Cándida!, que se me mueren mis cabras y es con lo que nos mantenemos. Pida usted a Dios que no se me mueran, y pida usted por nosotros." La Madre, compadecida de aquella mujer, la dijo: "-Anda, hija, no tengas cuidado, que no se te morirán"; con lo que la buena mujer se retiró consolada. Y mayor fué después su consuelo viendo que efectivamente no se murió ninguna otra de sus cabras.

     386.    Fueron muchas las visiones y revelaciones con que se dignó favorecer el Señor a la Madre María Cándida de San Agustín. Confesándose una vez en Toledo dió un grito. "-¿Qué es eso, hija mía -preguntó el confesor-, qué la pasa?" "-Nada, Padre, a mí -contestó ella-; es que acaban de matar a un Obispo en París." Terminada la confesión trató el confesor de averiguar la verdad del hecho, y de momento nada pudo comprobar; pero a las pocas horas oyó que los periódicos daban noticia del crimen sucedido, que fué el siguiente. El 3 de Enero de 1857, después de vísperas, durante la novena que se hacía a Santa Genoveva en la iglesia de San Esteban del Monte, de París, revestido de pontifical presidía una procesión el señor Arzobispo, y, al entrar en la nave de la iglesia, un hombre desalmado le clavó en el corazón un puñal. Cayó desplomado el Arzobispo y dijo: "-¡Desgraciado!" calificando así al sacerdote indigno, que lo asesinaba y a quien había socorrido varias veces.


¿Qué es eso, hija  mía, qué la pasa?  ¡Padre, es que acaban de matar a un Obispo en  París!."
         387.    A un hermano de D. Manuel Raposo, llamado Justo, sin haberle visto ni habérselo dicho nadie, le llamó por su nombre la Madre María Cándida, y preguntándola D. Manuel quién la había dicho cómo se llamaba, contestó: "-Nadie, Dios." Veía la casa en la que estaba D. Justo y lo que pasaba con la gente que tenía en un molino de chocolate y le avisaba algunas cosas para que las remediase, porque le perjudicaban en sus intereses.

     388.    También describía la Madre María Cándida a la Priora del Convento de las Carboneras, de Madrid, donde desempeñaba el cargo de sacristán D. Manuel Raposo, tal cual era y lo que hacía interior y exteriormente, sucediendo lo mismo respecto de las demás monjas de aquel convento; de modo que D. Manuel, a quien la Madre Cándida comunicaba todo esto, quedaba maravillado y se reía al oir la descripción hecha de aquellas monjas, viendo cuan exactamente correspondía a la realidad.

          389.    Recién viuda doña Juana Vizcaíno vivía en Aranjuez, y en cierta ocasión tuvo que ir de noche y sola a Madrid. Por un pequeño desarreglo en uno de los vagones del tren, tuvo que bajarse del coche como los demás hasta que arreglaron el vagón. Temblaba ella de verse sola en medio de gente alegre que volvía de ciertas fiestas y se retiró algo del bullicio; pero con no poco asombro notó que cuantos pasaban delante de ella lo hacían con todo respeto y muchos se descubrían, quedando ella así muy tranquila. Al día siguiente recibió la carta de la Madre María Cándida, en que la decía que no se quejaría, que bien acompañada había ido, que ya habría notado el respeto que inspiraba y que eso era debido al ángel de su guarda que en forma de respetable anciano había estado a su lado en el viaje y era visto por todos los que con ella estaban, aunque ella no le veía, y que diese muchas gracias al  Señor por esto.

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       Desde este blog se ruega a todas aquellas personas que encomendándose a la  poderosa intercesión de la Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín, obtengan alguna gracia o favor, lo comuniquen a:

                                            Monasterio de San Diego de Alcalá

                                                               MM. Agustinas
                                               13300 Valdepeñas (Ciudad Real)
                                                                 - ESPAÑA -
                                                            Tf: 926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

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