APUNTES BIOGRÁFICOS SOBRE LA MADRE CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN 7, 1

sábado, 26 de octubre de 2013
                                                      
                                            VII


                                               DE  LAS  OBRAS  Y  MILAGROS  
                DE  LA  SIERVA  DE  DIOS SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN
                                                  DESPUÉS DE SU MUERTE.
                             


     476.    La fama de santidad de la Madre María Cándida de San Agustín está confirmada con prodigios que después de su muerte ha obrado el Señor por intercesión de esta su Sierva.

     477.    Doña María Juana Díaz y Lima, alma muy favorecida de Dios y muy querida de la Madre María Cándida, fué a quien ésta después de su muerte de ordinario se manifestaba en Toledo y de quien se valía para dar avisos a unos y a otros.

     478.    En la muerte de D. Antonio Jurado, cuñado de dicha doña María Díaz, vió ésta a la Madre María Cándida cómo le asistió tres días y así tuvo una muerte tan buena y tranquila, que el sacerdote que le asistió quedó admirado de ver aquello, sin saber la causa, y decía que había asistido a muchos, pero que no había visto morir así a ninguno. Se salvó D. Antonio y pronto voló al cielo con la Madre María Cándida, según ésta manifestó algunas veces.

      479.    Algunos de los avisos dados el año 1862 por la Madre María Cándida a esta doña María Juana se referían a la fundación de Valdepeñas.

     480.    Doña Josefa Martínez, viuda, natural de Almorox, provincia de Toledo, conoció a la Madre María Cándida y la amaba y veneraba mucho. Necesitada de recursos, empeñó en el Monte de Piedad de Madrid algunas cosas de valor. Estando para vencer el tiempo del empeño y no disponiendo de medios suficientes para el rescate de lo empeñado, resolvió prorrogar el contrato, pagando los intereses respectivos, y conservando así el derecho al rescate. Fué con este objeto al Monte de Piedad y como explicó lo que deseaba, contestaron los empleados que ya estaba renovado dicho contrato, añadiendo, a instancias de la interesada, que lo había renovado una señora vestida de monja para ellos desconocida. Averiguadas las señas comprendió la señora favorecida que  había sido la Madre María Cándida la que de esa manera milagrosa la había socorrido, no teniendo tampoco ella en Madrid ninguna persona conocida que pudiera hacer con ella tal obra de caridad.

     481.    Un caballero, que no sabía nada de su señora ausente, fué preocupado, al convento de Agustinas Concepcionistas de Toledo, vulgo Gaitanas, después de la muerte de la Madre María Cándida a suplicarla diese alguna señal de si a dicha señora pasaba o no algún mal. Sor Luisa de San Rafael fué al sepulcro de la Madre y la dijo: "-Madre Cándida, os suplico deis alguna señal de que no pasa nada a esta señora", y la Madre dió tres golpes en la bóveda, por lo que Sor Luisa dijo al caballero: "-Esté usted tranquilo, que a su señora no le ocurre nada." Y así era, como después se supo.

     482.    Nicanora Sánchez Valdemoro, de Villa del Prado, a los pocos años de casada padeció grandes dolores, estuvo gravísima y quedó imposibilitada. Su madre Eugenia, que había conocido a la Madre María Cándida y era su devota, recomendó a la hija que pidiese la salud a la Madre Cándida; hízolo así ésta y al día siguiente amaneció completamente buena, quedando todos admirados de este hecho. Luisa Hernández, hija de la favorecida con este milagro, atestigua que se lo oyó contar así a su difunta madre, la cual murió hace cuarenta y dos años. 

     483.    El día en que fueron trasladados, el año 1876, los restos de la Madre María Cándida del convento de Agustinas, llamadas Gaitanas, de Toledo al de Valdepeñas por ella fundado, un hombre paralítico, cuando pasaba por Valdepeñas el cortejo que conducía el cuerpo de la Sierva de Dios, comenzó a clamar diciendo: "-Madre Cándida, ya que tanto amor y devoción os he tenido, haced que yo pueda andar y acompañaros hasta el convento"; y al momento se sintió sano, tiró las muletas y pudo acompañar por su pie a los que llevaban los restos de la Madre Cándida hasta el convento.

     484.    Estaba en el muro, como lo está hoy, encima del sepulcro de la Madre María Cándida, pendiente, en su parte alta, de dos fuertes clavos y correspondientes anillas, un cuadro sin marco pintado al óleo, que representa la visión de San Diego de Alcalá, el Beato Julián de San Agustín y Santa Teresa de Jesús, que dicha Madre tuvo en la noche del 11 de Noviembre de 1828, y la curación milagrosa en ella obrada entonces por el mencionado San Diego. Este cuadro, al pronunciar el sacerdote el nombre de María Cándida en la oración final de las honras celebradas en sufragio de su alma al día siguiente de la traslación de sus restos, cayó y quedó derecho sobre el sepulcro sin que se hubiesen movido los clavos ni las anillas de que pendía, cosa que llamó grandemente la atención de los presentes, gritando doña Juana Vizcaíno: "¡Milagro, milagro!"    



Cuadro que representa a San Diego de Alcalá curando a la Madre Cándida de San Agustín 

     485.    Una costurera, que quería ser organista en el convento de Agustinas de Valdepeñas, tuvo un gran flemón, llevaba enferma muchos días y no podía ni hablar. Una mañana, loca de dolor, fué a casa de la señora donde trabajaba a decir que no podía trabajar, pues no tenía ni un momento de reposo; pero entonces se acordó de que dicha señora tenía un diente de la Madre María Cándida y pidió por favor que se le diera; se lo puso en el carrillo y empezó a rezar. No pasó un cuarto de hora cuando la joven se levantó, escupe un poco y dice: "-Ya estoy bien, ya me ha curado la Madre"; y , en efecto, se puso a trabajar y luego comió sin dificultad alguna.

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       Desde este blog se ruega a todas aquellas personas que encomendándose a la  poderosa intercesión de la Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín, obtengan alguna gracia o favor, lo comuniquen a:

                                            Monasterio de San Diego de Alcalá

                                                               MM. Agustinas
                                               13300 Valdepeñas (Ciudad Real)
                                                                 - ESPAÑA -
                                                            Tf: 926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

                                             POPULAR   IBAN  ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973 

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