SOR MARÍA CÁNDIDA DE SAN AGUSTÍN "LA PERLA DE VALDEPEÑAS" 11, 3

miércoles, 21 de enero de 2015
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Núm. 11.                                               NOVIEMBRE                                                         1931. ________________________________________________________________________________              

                            (Del periódico "La Perla de Valdepeñas" publicado entre los años 1931-1935)

  

                          Breve novena para alcanzar gracias 
                               del Niño Jesús del Consuelo 
                          por intercesión de la Sierva de Dios
                           Sor María Cándida de San Agustín.

                                    (Para el rezo privado)

    - Por la señal... Acto de contrición: Señor mío Jesucristo...

        Oración preparatoria:- ¡Oh Padre Celestial, que de tal modo amaste al mundo que le diste a tu Hijo Unigénito y por Él nos diste a tu Espíritu de Amor y la adopción de hijos tuyos, hermanos de Jesús, nuestro consuelo! Por las complacencias que dió a tu corazón tu sierva e hija, Sor María Cándida, tan amante y tan amada de Jesús te suplico me purifiques con el dolor y el amor para comparecer ante tu presencia, agradable a tus ojos: y mirándome con benévola piedad, reciba tus bendiciones y gracias, y entre ellas la que particularmente suplico en esta novena, si fuere ordenada para gloria tuya y bien de mi alma. Amén. 

     Oración para el día primero.- Dulcísimo Niño del Consuelo, que cautivado por el candor e inocencia de tu sierva y esposa Sor María Cándida, animaste la boca de tu hermosa imagen y pediste ser llevado a ella, viniendo a ser desde entonces su consuelo y su tesoro; por su intercesión te suplico me des pureza de costumbres  y las virtudes de la infancia espiritual para llegar a merecer tu amor y tus consuelos, y ahora la gracia que te pido en esta novena recordándote el amor de esta esposa tan querida de tu corazón. Amén.

     Se rezan tres Padrenuestros, Avemarías y Gloriapatris a la Stma. Trinidad en acción de gracias por los favores que ha concedido a la M. Cándida.

     V.- Bendícenos, oh Dios por tu Unigénito Hijo.
     R.-  En quien nos amaste y diste consolación eterna.

    Oremos.- ¡Oh Señor, que dijiste: "En gozo convertiré vuestro llanto; como madre que acaricia os daré mis consuelos; yo, yo mismo os consolaré"! Concédenos por los méritos de la Encarnación e infancia de tu  Unigénito Hijo y Señor nuestro Jesús, que, haciéndonos en la tierra dignos de las consolaciones de su gracia, merezcamos en el cielo los eternos consuelos de su gloria, el cual contigo vive y reina en unidad del Espíritu Santo, Dios por todos los siglos de los siglos. Amén.

           En los demás días todo como en el primero, excepto la oración propia.

     Oración para el día segundo.- Dulcísimo Niño Jesús del Consuelo, que por medio de la devoción a tu preciosa imagen promovida y propagada por tu sierva y esposa, la M. Cándida, obraste estupendas maravillas, siendo para cuantos te invocaban el consuelo de sus almas y la protección y salud de sus cuerpos: yo te suplico por los consuelos que de ella recibió  tu corazón que tenga yo la dicha de vivir siempre en tu gracia, y seas tú mi consuelo y mi Jesús en vida y en muerte, y ordenándola a este fin, me concedas la gracia que te pido en esta novena. Amén.

       Oración para el día tercero.- ¡Oh divino Jesús del Consuelo, que con tantos prodigios has querido llamar la atención de las almas hacia tu milagrosa imagen para infundirles fe y esperanza en tu bondad y misericordia y en presencia de muchos has abierto y cerrado tus ojos, has bajado tu cabeza, has bendecido con tu infantil mano, y fuiste repetidas veces a la cárcel  a consolar al confesor de la M. Cándida, preso por tu amor y a librarle de morir asesinado! Yo te suplico por la intercesión de esta tu sierva, que aumentes en mí la fe y la esperanza para merecer tus consuelos y bendiciones, y ahora, si fuere según tu beneplácito, la gracia que te pido en esta novena. Amén.

      Oración para el día cuarto.- Divino Niño Jesús del Consuelo, cuyo Corazón no puede ver las miserias humanas sin acudir a remediarlas: Tú que llevaste milagrosamente a tu sierva, la M. Cándida, a la guerra de África, para que en medio del combate y en los hospitales consolase y aliviase a los soldados, y por el ministerio de tus ángeles llevabas a las manos de este instrumento de tu amor misericordioso, agua y medicinas: oye mis ruegos, y por intercesión de este ángel de tu Providencia, ampárame en los combates de la vida, cura las heridas de mi alma, consuélame y  confórtame en la muerte, y despacha ahora favorablemente la súplica que te hago en esta novena. Amén.

      Oración para el día quinto.- ¡Oh misericordiosísimo Niño Jesús del Consuelo, que enviaste a tu sierva, la M. Cándida, a socorrer a una pobre mujer cruelmente degollada por su marido, a quien la mantuviste viva y con la facultad de hablar hasta hacer sus últimas disposiciones y la confesión sacramental! Yo te suplico por la intercesión de tu sierva, que me ampares en los peligros del alma y del cuerpo en la vida, y sobre todo me asistas y consueles en la muerte, ordenándolo a ello, me concedas la gracia que te pido en esta novena. Amén.

       Oración para el día sexto.- ¡Oh Divino Niño Jesús del Consuelo, que enamorado de tu sierva la M. Cándida, la hiciste objeto de tus intimas familiaridades hasta el punto de pasar a sus brazos desde los de tu Divina Madre en una noche de Navidad! Por amor de esta tu esposa te suplico que me hagas imitador de sus virtudes, para llegar a ser objeto  de tus divinas complacencias y tenga la dicha de gozar de las inefables dulzuras de la caridad con que te dejas sentir de las almas puras; y para este fin obtenga de tu bondad la gracia que te pido en esta novena. Amén.

     Oración para el día séptimo.-  ¡Oh buen Pastor, misericordiosísimo Niño Jesús del Consuelo, que por medio de la M. Cándida, como Buena Pastora, atrajiste a tu gracia y amor tantas almas, obrando numerosas conversiones y transformando en fervientes a muchos tibios! Por su intercesión te suplico que me conviertas perfectamente a ti, de pecador en justo, de tibio en santo, para que viva según tu voluntad y muera en tu gracia y amor. Y ahora oye mis ruegos y concédeme por amor de tu sierva la gracia que te pido en esta novena. Amén.

      Oración para el día octavo.- ¡Oh suavísimo Niño Jesús del Consuelo, que visitaste varias veces en su última enfermedad a tu sierva y esposa M. Cándida, y consolándola en su agonía recibiste su alma al expirar! Yo te suplico por su intercesión y méritos me concedas la gracia y el don de la perseverancia;  que me consueles y confortes en mi agonía y que con tu benditísima Madre María y mi padre y protector San José, recibas mi alma y la lleves al cielo a cantar eternamente tus misericordias, y ahora me concedas la gracia especial que, por los ruegos e intercesión de la M. Cándida, espero en esta novena. Amén.

      Oración para el día noveno.- ¡Divino Niño, de quien predijo Isaías que serías "nuestro consuelo" Tú que tantas maravillas obras por medio de tu preciosa imagen, con la invocación de tu sierva y esposa la M. Cándia de San Agustín, para cautivar nuestro amor y elevarlo de lo terreno a lo celestial, siendo Tú el camino que lleva en derechura al Padre: atiende a mis súplicas, y por los méritos de ese tu ángel, eleva mis pensamientos y mi corazón al cielo para que viva como peregrino sobre la tierra. Y a este fin, concédeme la gracia particular que he venido pidiendo durante esta novena por la intercesión de Sor María Cándida. Amén.

 

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                                                               Oración 
  
                                      ¡Oh Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo!
                         que de tantas maneras has manifestado tu Omnipotencia
                         y Misericordia en favor de los hombres: escucha mis ruegos
                         en la necesidad que ahora siento y por los méritos e intercesión
                         de la V.M. Cándida de San Agustín, concededme la gracia que 
                          pido si ha de ser para tu mayor gloria y bien de mi alma. Amén
                           
                                                        (Hágase la petición y récense tres Gloria Patri)

                       Rogamos nos comuniquen las gracias recibidas por intercesión de la
                                                          Sierva de Dios Madre Cándida de San Agustín. 
                                                       Pueden dirigirse a: MONASTERIO DE SAN DIEGO,
                                                                    MM. AGUSTINAS,  c/ Convento, 1
                                                                                13300 Valdepeñas 
                                                                           (Ciudad Real) ESPAÑA
                                                                                Tel.  926 32 21 05

                    Quienes deseen ayudar, con sus limosnas, a la causa de canonización de la Sierva de Dios, y a los gastos de edición de libros, estampas y reliquias, para dar a conocer su vida y propagar su devoción, pueden enviar sus donativos a nuestro Monasterio, por giro postal o por transferencia Bancaria a la cuenta corriente número:

                                             POPULAR   IBAN  ES12 / 0075 / 0556 / 52 / 0700777973 
                                                                    

          

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